La columna de Gustavo Iacoviello

 

"Llorones". Así catalogan a los hinchas de Racing, porque dicen que siempre se quejan de los arbitrajes en cada derrota. Y quizás algo de eso hay, pero también las injusticias a las que muchas veces sometieron a la "Academia" lo justifica.. El domingo, en la vuelta al clásico, que en la temporada anterior no se jugó porque el "Rojo" estaba en la B Nacional (vale recordarlo), hubo un arbitraje que influyó en el desarrollo y en el resultado. Con esto uno no quiere decir que "Racing perdió por culpa de Rapallini". No. Pero el árbitro se equivocó mucho. Habría que preguntarle qué vió en la jugada en la que cobra foul de Milito y del que llega el primer gol del "Rojo". Y vale hacer una aclaración: Rapallini tiene parte de la culpa por inventar una infracción, pero Rapallini no tiene la culpa de que la defensa de Racing no marcara a nadie. Como tampoco tiene la culpa de que Saja haya salido a cualquier parte en el gol de Mancuello, también con los defensores mirando. Para Rapallini es lo mismo festejar un gol besándose la camiseta que un codazo asesino como el de Tula a Centurión, ya que ambas sanciones fueron con una tarjeta amarilla. INSÓLITO. En el segundo tiempo hay un terrible penal de Grimi a Penco, tampoco visto por el juez. Es de cir que se equivocó para los dos lados, pero como los partidos hay que analizarlos desde el comienzo al final, sus fallos perjudicaron más a Racing que a Independiente. Trato de hacer memoria y quiero recordar algún fallo que haya favorecido a Racing en un clásico y el último que se me viene a la mente es el gol con la mano del Turco García en una noche de lluvia por la Supercopa. ¿En qué año? en 1992... Si, pasaron 22 años. Después, mejor ni recordar muchos arbitrajes nefastos. Dura la bronca por perder el clásico, pero quizá la bronca es mayor por la forma en la que se perdió. Ah, un detalle. Rapallini será "parado" por su actuación. ¿De qué sirve? Si la macana ya se la mandó